Hay muchas opiniones encontradas cuando se habla de pornografía. Muchos estudios indican que consumir contenido pornográfico es una actividad muy común en la actualidad. En comparación con el pasado, cuando era más difícil acceder a este tipo de contenido, los adultos contemporáneos pueden recordar lo incómodo y complicado que era ir a una tienda donde se rentaban películas y buscar una que no tuviera una portada sugestiva. El personal a menudo se burlaba al cobrar por el alquiler, lo que hacía que la experiencia fuera aún más vergonzosa. Ahora, sin embargo, es más fácil y conveniente acceder al contenido de pornografía con solo tocar la pantalla de un dispositivo, y hay una cantidad de contenido disponible que sería imposible de consumir en toda una vida.
La cuestión de si es normal ver pornografía es objeto de debate, ya que puede depender de muchos factores, como la cultura, las creencias religiosas o personales, la edad, el género, la orientación sexual y las circunstancias individuales. Es importante destacar que el consumo de pornografía en sí mismo no es necesariamente un problema, ya que muchas personas ven pornografía de manera saludable y consensuada. Sin embargo, el uso excesivo de pornografía o el consumo de pornografía no consensuada pueden tener efectos negativos en la salud mental y las relaciones interpersonales, cada persona es diferente y debe tomar sus propias decisiones en relación con su consumo de pornografía.
Sabemos que los jóvenes son uno de los targets más poderosos para este mercado debido a su gran número, sin mencionar que son las generaciones que mejor se adaptan a las novedades y, por consiguiente, a la tecnología de vanguardia. Ya que ellos viven en una etapa donde sus hormonas permanecen en un constante desequilibrio. Evidentemente, este tipo de empresas saben de esto y aprovechan muchísimo este tipo de circunstancias. Ahora bien, buscamos datos y encontramos que sólo en 2020 (también a causa del confinamiento) el porcentaje de descarga y visualizaciones de pornografía en páginas como PornHub, Brazzers y XVideos aumentó entre 68 a 70%. Las estadísticas de estas plataformas indican unos 120 millones de visitas diarias y si le agregamos el porcentaje de alza, ya nos imaginamos más números.
En el pasado, era extremadamente raro encontrar a una chica que viera y consumiera este tipo de contenido; más que nada porque casi todo el contenido que era generado iba dirigido a público masculino. Sin embargo, y como todo, en ese momento existen excepciones donde también a las chicas les gustaba ver porno. Nótese que la cantidad era tan mínima, que hace unos pocos años aún se creía que las mujeres no veían nada parecido.
El Dr. Juan, un reconocido sexólogo con más de 20 años de experiencia en el campo, explica que la pornografía es una forma común de entretenimiento y que se ha vuelto cada vez más accesible a través de la tecnología. «La pornografía se ha convertido en un pasatiempo popular para muchos adultos en todo el mundo».
La pornografía no tiene por qué ser perjudicial en sí misma, sino que son las circunstancias individuales las que pueden hacer que su uso sea problemático. «Es importante recordar que cada persona es diferente y debe tomar sus propias decisiones en relación con su consumo de pornografía».
En cuanto a los efectos negativos del uso excesivo de pornografía, el Dr. Juan explica que pueden incluir la disminución de la satisfacción sexual, la disminución del deseo sexual, la depresión, la ansiedad y la culpa. «. También señala que la comunicación abierta y honesta con la pareja es fundamental para mantener una relación saludable y satisfactoria.
En conclusión, la pornografía puede ser una forma normal y segura de experimentar con la sexualidad y la fantasía. Sin embargo, su uso excesivo o adictivo puede tener efectos negativos en la salud mental y en las relaciones interpersonales.
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